Se me va de los dedos la caricia sin causa,
se me va de los dedos ... En el viento, al rodar,
la caricia que vaga sin destino ni objeto,
la caricia perdida, ¿quién la recogerá?
Pude amar esta noche con piedad infinita,
pude amar al primero que acertara a llegar.
Nadie llega. Están solos los floridos senderos.
La caricia perdida rodará... rodará...
Si en los ojos te besan esta noche, viajero,
si estremece las ramas un dulce suspirar,
si te oprime los dedos una mano pequeña
que te toma y te deja, que te logra y se va,
si no ves esa mano ni la boca que besa,
si es el aire quien teje la ilusión de llamar,
oh, viajero, que tienes como el cielo los ojos,
en el viento fundida ¿me reconocerás?
¡Recibe en la frente este beso! Y, por librarme de un peso antes de partir, confieso que acertaste si creías que han sido un sueño mis días; ¿Pero es acaso menos grave que la esperanza se acabe de noche o a pleno sol, con o sin una visión? Hasta nuestro último empeño es sólo un sueño dentro de un sueno.
Frente a la mar rugiente que castiga esta rompiente tengo en la palma apretada granos de arena dorada. ¡Son pocos! Y en un momento se me escurren y yo siento surgir en mí este lamento: ¡Oh Dios! ¿Por qué no puedo retenerlos en mis dedos? ¡Oh Dios! ¡Si yo pudiera salvar uno de la marea! ¿Hasta nuestro último empeño es sólo un sueño dentro de un sueño?
Cuando el mundo cerró su oscuridad sobre sobre mí ,
Llamé a Dios , pero Dios jamás vino hasta aquí ,
entonces agotando mi penoso destino
Llamé al amor , pero el amor nunca vino.
Cuando la desdicha reunió todo mi sufrimiento.
La muerte , fue la única en escuchar mi lamento.
Amy Levi ( 1861 - 1889 )
A este poema de la escritora Amy Levi la acompaña una secuencia de la película "Stardust Memories" de Woddy Alen con la genial y bellísima actriz inglesa Charlotte Rampling.
Señor La jaula se ha vuelto pájaro y se ha volado y mi corazón está loco porque aúlla a la muerte y sonríe detrás del viento a mis delirios
Qué haré con el miedo Qué haré con el miedo
Ya no baila la luz en mi sonrisa ni las estaciones queman palomas en mis ideas Mis manos se han desnudado y se han ido donde la muerte enseña a vivir a los muertos
Señor El aire me castiga el ser Detrás del aire hay mounstros que beben de mi sangre
Es el desastre Es la hora del vacío no vacío Es el instante de poner cerrojo a los labios oír a los condenados gritar contemplar a cada uno de mis nombres ahorcados en la nada.
Señor Tengo veinte años También mis ojos tienen veinte años y sin embargo no dicen nada
Señor He consumado mi vida en un instante La última inocencia estalló Ahora es nunca o jamás o simplemente fue
¿Còmo no me suicido frente a un espejo y desaparezco para reaparecer en el mar donde un gran barco me esperaría con las luces encendidas?
¿Cómo no me extraigo las venas y hago con ellas una escala para huir al otro lado de la noche?
El principio ha dado a luz el final Todo continuará igual Las sonrisas gastadas El interés interesado Las preguntas de piedra en piedra Las gesticulaciones que remedan amor Todo continuará igual
Pero mis brazos insisten en abrazar al mundo porque aún no les enseñaron que ya es demasiado tarde
Señor Arroja los féretros de mi sangre
Recuerdo mi niñez cuando yo era una anciana Las flores morían en mis manos porque la danza salvaje de la alegría les destruía el corazón
Recuerdo las negras mañanas de sol cuando era niña es decir ayer es decir hace siglos
Señor La jaula se ha vuelto pájaro y ha devorado mis esperanzas
Señor La jaula se ha vuelto pájaro Qué haré con el miedo
Ese instante que no se olvida Tan vacío devuelto por las sombras Tan vacío rechazado por los relojes Ese pobre instante adoptado por mi ternura Desnudo desnudo de sangre de alas Sin ojos para recordar angustias de antaño Sin labios para recoger el zumo de las violencias perdidas en el canto de los helados campanarios.
Ampáralo niña ciega de alma Ponle tus cabellos escarchados por el fuego Abrázalo pequeña estatua de terror. Señálale el mundo convulsionado a tus pies A tus pies donde mueren las golondrinas Tiritantes de pavor frente al futuro Dile que los suspiros del mar Humedecen las únicas palabras Por las que vale vivir.
Pero ese instante sudoroso de nada Acurrucado en la cueva del destino Sin manos para decir nunca Sin manos para regalar mariposas A los niños muertos
Un pensamiento sincero y sencillo pero audaz , un sueño que quiero hacer realidad, limitarme por los demás eso no pasará, ni mis sentimientos pueden limitarme, yo solo quiero estar con ese alguien que no está,con ese alguien que dice no ser para mí, rozar su piel con la mía, besar sus dulces labios y amanecer entre sus brazos, que me abrace hasta no poder respirar, sentir el aroma de su piel, verlo a los ojos y decirle lo que siento, aún así me sentimiento hacia él no me va a limitar, la sola oportunidad que tengo de estar a sus lado me es suficiente, aunque es difícil resistirme pero debo hacerlo para no perder lo poco que tengo de él , hay algo en sus ojos que son la puerta que me deja dentro de su alma y lo que veo es algo tan hermoso que ni el mismo sabe que tiene ese algo es lo que me atrae hacia el y su voz es todo un éxtasis para mi, solo quiero que deje de ser un sueño y se haga realidad , bebe mi sangre si lo quieres, juega con mi corazón si lo deseas pero eso no cambiará lo que siento, ni lo hermoso que eres por dentro gustosa te dejo hacer todo no tengo miedo ya que los límites no son para mí, por tienfrentaría a un dragón y a todo un ejército de vampiros sin importar que mi muerte sea segura en la batalla , ohhh!!! ser divino y nocturno ven hacia mí sin temor, mis brazos estarán siempre abiertos, te esperaré por las noches y en aquellas noches solitarias, donde solo en sueños te tendré......
La tormenta se había aplacado, pero todavía se notaban los últimos estremecimientos. Era muy temprano y las calles estaban desiertas. En muchos sitios había tejas, tablas arrancadas a los cercos, ramas partidas. " La noche ha debido de ser terrible en el mar" me dije al ver semejantes destrozos. Pensé en dirigirme al embarcadero, pero los pies me llevaron hacia otra parte, como si obedecieran a una irresistible atracción.
Caminé unos diez minutos y me encontré en un lugar de la ciudad que nunca había visitado. Iba sin apuro, pero también sin detenerme, con la extraña sensación, de esperar algo imposible y al mismo tiempo saber que se ha de realizar.
Empecé a buscar con los ojos.....Allí estaba : a la derecha, próxima a una esquina, la casa de mis sueño , piedra labrada a ambos lados....
Iba completamente ensimismado, sin ver ni pensar en nada, cuando un ruido acompasado, sordo y amenazador, me sacó de aquella abstracción. Levanté la cabeza : era el mar que rumoreaba y zumbaba a unos cincuenta pasos de mí.
De nuevo caminaba yo por la arena de la duna ,pero esta vez iba con mi madre. El mar se había retirado, alejandose más. Se había calmado pero aún rugía.
Por fin se divisaron la roca solitaria y los carrizos. Yo miraba con atención, tratando de discernir el bulto oscuro tendido en tierra, pero no veía nada. Nos acercamos más.
Mi madre estaba febril pero se dominaba. La desaparición del cadáver la había impresionado como una desdicha irreparable. Yo temía por su razón. Me costo gran trabajo llevarla de vuelta a casa.
Así se perdió la pista de mi....de mi padde él.
Todo se embota con el tiempo. Incluso los recuerdos de los sucesos familiares más trágicos pierden gradualmente su fuerza. Pero si entre dos personas entrañables se introduce una sensación de violencia, eso no hay nada que lo atenué.No volví a tener aquel sueño que tanto me angustiaba, pero sí me ocurrió escuchar alaridos lejanos y tristes lamentos entre sueños. Los oigo sonar en algún lugar, me desgarran el corazón y lloro con los ojos cerrados....
fragmentos de Un Sueño de Iván Turgueniev (1818 - 18883 )re.irremediablemente en la secreta nieba. Mi madre y yo no hablamos nunca.
Estaba en un lugar oscuro,tenebroso.......una especia de corredor.El techo estaba demasiado alto y no lo veía.Se perdia en las sombras. Las paredes eran de acero cromado, oscuro. A medida que subían se expandian hacia afuera. Estaba solo, pero una voz flotaba en él, como si llegara desde muy lejos.
Empezaron a volver los recuerdos. Recuerdos inquietantes.
Parecian fantasmas que se sumaban a su deambulación, que se colocaban a ambos lados de él, delante de él, hasta rodearlo en un círculo macabro........
Si la llama de la poesía Y el fuego del amor se hace frío, Lacera mi carne sin cortesía.
Rápido, sin pausa ni demora; No dejes el campo de mi vida sobre el huerto Con la ceniza de los sentimientos muertos, Deja que mi canto fluya con ternura.
Y el fuego del amor se hace frío,
Lacera mi carne sin cortesía. Rápido, sin pausa ni demora; No dejes el campo de mi vida sobre el huerto Con la ceniza de los sentimientos muertos, Deja que mi canto fluya con ternura.
Descendiente de padre italiano y madre albanesa, Sabato está considerado como uno de los grandes de la literatura latinoamericana no solo por sus novelas, incluida Abaddón el exterminador, sino también por su amplia obra ensayística sobre la condición humana. Obtuvo el Premio Cervantes en 1984, ocasión en la que pronunció un discurso en el que describió a El Quijote como "un simple mortal, tierno desamparado, andariego, el hombre que alguna vez dijo que por la libertad, así como por la honra, se puede y se debe aventurar la vida".
Sabato tuvo también una vida andariega, marcada por la literatura y por su compromiso ético que le llevó al final de su vida a declararse mas cercano al "anarco-cristianismo" que al activo comunismo de su juventud. El escritor empezó su vida profesional como físico, en Zurich (Suiza), pero muy rápidamente comenzó su actividad literaria y su amistad con el Grupo Sur, donde conoció a Victoria Ocampo y a Jorge Luis Borges, con quien mantuvo siempre una relación conflictiva pero que dio origen, en 1976, a un hermoso libro titulado Diálogos con Jorge Luis Borges.
Su primera gran novela, El túnel (1948), un agudo ensayo psicológico, lleno de ironía, pero también de amargura y del pesimismo que marcaría toda su obra posterior, le proporcionó un inmediato reconocimiento no solo en Argentina sino internacional. Su segunda novela Sobre héroes y tumbas, que incluye su estremecedor Informe sobre ciegos, le confirmó como un autor extremadamente original y le colocó entre ya entre los autores mas grandes en lengua española.
La vida y la importancia de Ernesto Sabato, no se comprende sin su faceta de luchador por los derechos humanos y su compromiso contra la dictadura militar que gobernó Argentina entre 1976 y 1983pese a que en los primeros meses del golpe participó en una comida con el general Jorge Videla, a la que asistió también Jorge Luis Borges. Sabato cambió de opinión al conocer los continuos asesinatos y abusos contra los derechos humanos que protagonizaba la dictadura y, como ha recordado la periodista Magdalena Ruiz Guiñazú, "firmó todas las peticiones que pudo reclamando la aparición con vida de quienes habían sido secuestrados".
Terminada la dictadura, Ernesto Sabato recibió el encargo del primer presidente democrático, el radical Raúl Alfonsín, de formar parte de la recién creada CONADEP. El equipo de investigación de la Comisión recogió el testimonio y documentó minuciosamente 8.960 desapariciones y la existencia de 340 centros de detención ilegal y tortura. El informe titulado "Nunca Mas", pero conocido también sencillamente como Informe Sabato, fue entregado a Alfonsín en un acto inolvidable para la inmensa mayoría de los argentinos, el 20 de septiembre de 1984, y dio origen al procesamiento y condena de los máximos responsables de las juntas militares de la dictadura, que fueron enviados a la cárcel. Sabato se opuso siempre a las leyes de Punto Final y a los posteriores indultos concedidos por el peronista Carlos Menem.
Ernesto Sabato pasó sus últimos días recluido en su domicilio, sin escribir prácticamente pero pintando, su segunda vocación artística, que siempre supo compaginar con la literatura. "La razón no sirve para la existencia", afirmaba. No quería que se le encasillara en ninguna tendencia literaria: "Tengo con la literatura la misma relación que puede tener un guerrillero con el ejército regular". Sabato afirmaba creer en el hombre, "a pesar de ser el animal más siniestro. "La vida es tan corta y el oficio de vivir tan difícil, que cuando uno empieza a aprenderlo, hay que morirse", se quejaba.
El 24 de junio, Ernesto Sabato habría cumplido cien años y su novela Sobre héroes y tumbas cincuenta de su publicación. El siguiente es un recorrido por la geografía y los personajes de esa historia trágica e inolvidable, sin duda la obra más ambiciosa y lograda del escritor argentino muerto el pasado 30 de abril.
-Claudia, ¿nos podés traer café?- inquirió el Ingeniero Márquez a su secretaria –No me transfieras ningún llamado, pasá, Ibarburen.
Claudia vestía falda azul y camisa blanca, hacía cinco años que trabajaba para la Compañía de Software. Presurosa, se dirigió al despacho del Ingeniero con el pedido solicitado.
-Gracias-dijo el Ingeniero, y cuando Claudia hubo cerrado la puerta, Ibarburen había girado su cabeza unos 180 grados.
-¡Tiene buen culo mi secretaria!- repuso Márquez.
Los ojos de Ibarburen habían quedado fuera de sus órbitas. Márquez quería distraerlo, pero no tendría suerte.
-Marquez, vos sabés que me prometiste los sistemas para setiembre, y ya estamos en enero. ¡Ya no sé qué decirle a los dueños! ¡Confié en Ustedes!
-Mi querido Ibarburen, vos sabés que los atrasos se deben a que tu personal no entrega la información que necesitamos, ¡hace meses que la venimos pidiendo!
-¡Pero no se trata sólo de eso! ¿O los programas ya están prontos?
-¡Por supuesto que lo están! Ya sabés de la calidad de nuestros servicios de consultoría. Les hemos proporcionado expertos de primer nivel, pero sin información; ¿cómo quieren ver los resultados?
II.
-¿Necesita algo más? – le preguntó Claudia a Márquez.
-No, gracias – dijo él.
-Entonces, hasta mañana.
-¡Esperá! ¡Ya me estoy yendo! ¿Te puedo alcanzar a algún lugar? Hoy no tuvimos respiro con el tema de la licitación de Ibarburen, y tu ayuda fue de gran importancia. Son las nueve de la noche, ya hace dos horas que tenías que haberte ido.
Claudia se puso un tanto nerviosa, pero aceptó la oferta de su jefe. El, parecía otra persona que durante el día, le hablaba suave y en tono amable.
-Bueno, si no te desviás mucho.
-No hay problema.
Ambos recogieron sus abrigos, y bajaron por el ascensor. A Claudia ese viaje le pareció una eternidad, la oficina era en el piso 18 y la máquina se desplazaba muy lentamente. El área disponible para ambos no era precisamente grande, así que quedaron enfrentados, casi el uno contra el otro. Claudia estaba tiesa.
Se bajaron en el garaje. Márquez primero le abrió la puerta a Claudia como todo un caballero, luego, dio la vuelta, subió a su asiento, tomó el volante, y puso el vehículo en marcha.
III.
Márquez estacionó en la puerta del edificio de Claudia. De repente, ella lo vio muy pálido.
-¿Estás bien?
-Se me parte la cabeza.
-¡No tenés ningún analgésico?
-Hoy iba a ir a comprar, y ya viste, tuvimos un día de locos.
-Yo tengo en casa, si querés, te alcanzo.
-No, no te voy a hacer bajar, mejor yo subo, claro si no te molesta.
-No, claro que no.
Subieron por segunda vez a un ascensor, pero esta vez, Claudia estaba más relajada.
Abrió la puerta de su departamento y ambos entraron.
-Disculpá el desorden; ya te traigo la Dorixina.
Claudia entró en el baño, donde guardaba un botiquín y extrajo un comprimido. A continuación, fue a la cocina y le sirvió a Márquez un vaso de agua.
Cuando entró en el living, Márquez había tomado asiento en el sofá.
-Me tomé el atrevimiento de sentarme, tengo una puntada muy fuerte.
-Tomate esto, que ya va pasar.
Márquez tragó la Dorixina.
Luego, dijo:
-El estrés me está matando.
-Tendrías que trabajar menos horas- dijo ella.
-Tendría… pero para eso debería volver temprano a casa.
-No entiendo.
-Con mi mujer las cosas no están bien, perdóname que te esté agobiando con mis problemas.
-No me agobiás para nada.
-En realidad, hace tiempo que se apagó la pasión entre nosotros. Pero viste como es, los chicos aún están en la escuela… Te juro que hay días que no soporto ni que me hable. Ya no me siento atraído por ella. No me despierta deseo sexual. Llego a casa, y lo único que me esperan son problemas.
-¿Y no hablaron de sus diferencias?
-Al principio, sí, pero ahora, el tema ya no se toca, prefiero decirle a todo que sí, antes que entrar a polemizar con ella. Me exaspera.
Claudia lo escuchaba, en silencio.
-Perdoname, ya me voy. Con el día que tuvimos, y yo te estoy dando la lata.
-No, no te preocupes.
-Sos muy generosa y comprensiva.
-Gracias.
-Además, me gustás mucho.
A Claudia, Márquez siempre le había parecido atractivo. Ahora, estaba en trance, puesto que él se había desnudado ante ella, le había contado sus intimidades. Eso la conmovió profundamente, y deseó que la abrazara, para poder contenerlo, para que descansara de su rutina hogareña…
Cuando Claudia quiso acordar, Márquez le estaba dando un apasionado beso.
IV.
-Claudia, ¿salís esta noche con nosotras? – le dijo su amiga Fernanda, un sábado de primavera.
-No, yo estoy en pareja y muy enamorada.
-Pero Clau, es sábado.
-¿Y eso qué importa? ¿Si los sábados él no puede?
-Es momentáneo. No podría estar con nadie que no sea él.
-¿No te importa compartirlo con otra?
-No hay nada entre ellos, se van a separar. Es cuestión de tiempo.
-Para no haber “nada”, dos horas una vez por semana no es demasiado tiempo.
-Ya te dije, Fer, es momentáneo, ellos se están separando, y es por nuestro bien.
-¿Pero él te dio alguna prueba de que se van a separar?
-Me lo dice todos los días. Ya no la soporta. No tienen sexo, ni le gusta.
-¿La viste alguna vez?
-No.
V.
Todo había empezado esa noche de verano. Ella se había entregado en cuerpo y alma a Márquez, y se había enamorado hasta la médula, pronto celebrarían su aniversario.
Se veían una o dos veces por semana. Los martes y los jueves. Ella le preparaba la cena, hacían el amor, y como máximo permanecía dos horas con ella.
-Teneme paciencia- le decía él- estoy tratando de solucionar todo lo más pronto posible para tener todos los días para vos. Si llego tarde a casa, se nos va complicar todo.
En la oficina, Márquez se mostraba frío como siempre.
-Esto lo hago por nosotros- le decía- si alguien se entera, se van a entrometer entre nosotros.
Claudia tenía una fe ciega en él.
Desde que todo había comenzado, vivía por Márquez y para Márquez.
A veces, él cancelaba sus escasos encuentros a último momento.
Claudia tenía la mesa preparada con velas, y había cocinado toda la tarde, y él se tardaba.
Ella lo llamaba, y él le decía:
-Disculpame, mi amor, surgió una reunión a último momento y no voy a llegar. Pero te voy a compensar, ¡te lo prometo!
Claudia ni se cuestionaba la veracidad del testimonio. Su vida se había reducido a Márquez.
VI.
Se acercaba fin de año. Con él, diciembre y las despedidas.
A pesar de las negativas de Claudia, Fernanda insistía en que se despejara un poco, una salida no le iba a hacer mal a nadie, le decía para tratar de convencerla, pero hasta el momento, había sido una misión inútil.
Claudia en lo único que pensaba era en Márquez, y que pronto estarían juntos. Seguramente, vivirían en una bella casa, y al fin, (estaba segura), él terminaría proponiéndole casamiento. Lo único que desconocía, era si él se habría casado por Iglesia, porque la máxima ilusión de Claudia, era precisamente esa, casarse con Márquez vestida de blanco.
Incluso, desde hacía unos meses, había comenzado a comprar un ajuar hogareño, el cual guardaba en una gran caja de color rosa, la cual contemplaba todos los días con mucha ilusión.
Claudia organizaba su presupuesto, y con lo que sobraba, adquiría algún componente nuevo para su vida de esposa.
Se hallaba pensando en un cristalero muy bonito, como el próximo ítem a adquirir, cuando sonó el teléfono.
Fernanda la invitaba por enésima vez a una despedida.
-Clau, la noche está divina, dale, ¡hacelo por nosotras!
-Está bien.
VII.
El boliche estaba a full. Claudia, Fernanda y sus amigas, estaban sentadas en una mesa, charlando y riendo. Todas, excepto Claudia. Se sentía mal consigo, lo estaba traicionando, se culpaba.
-¡Clau! ¡Cambiá esa cara!
-No tendría que haber venido. Si él se entera, se va poner mal.
-¡No te preocupes!
-No quisiera lastimarlo bajo ningún concepto…
-¡Dejate de pavadas!
De repente, Claudia le dijo a Fernanda:
-¡Tapame!
-¿Qué pasa, Clau?
-¡El está en la barra! ¡Me muero si me ve!
-Pará, tranquilízate.
-No, tengo una idea mejor, me voy a acercar, y le voy a pedir perdón.
-¡Pero Clau! ¡No tenés que pedir perdón por nada!
Era tarde. Claudia ya se había levantado, y se dirigió presurosa hasta la barra. Demoró cinco minutos en atravesar ese mundo de gente. Finalmente, accedió a Márquez, y cuando se disponía a decirle -¡Mi amor! - quedó lívida.
Márquez estaba de la mano con una mujer rubia, alta, y de ojos azules. Bellísima mujer. Márquez la estaba besando, cuando vio a Claudia.
Tranquilamente, y sin inmutarse siquiera, se dio vuelta y le dijo:
-¿Cómo está, Claudia?
A continuación, hizo las presentaciones del caso:
-Mariana, mi mujer, Claudia, mi secretaria.
-¡Encantada!- dijo Mariana. A continuación, le dijo a su marido, haciéndole una guiñada:
¿Quién es quién para decidir quién es loco y quién es cuerdo?
Si estar loco significa establecer un vuelo hacia la creación;
¡Estoy loca y disfruto de mi locura a cada minuto!
Mundo contingente el que nos ha tocado; demasiadas COSAS, pocos vuelos, espirituales, de letras, de música, de pintura... El Loco y el Creador es esencia indisoluble, crear implica volar, sin vuelo no hay creación. Es el problema de los genios.
Charly quiso volar y se arrojó de nueve pisos hacia un gran colchón...
La incomprensión del entorno, la poca empatía, hace que el genio se sienta anormal, como si ser normal fuera algo bello, ser "normal" es rutina, horarios, ciclos, todo predecible, cero sorpresas... "¡Vos no sos normal!", dicen los (obviamente) anormales.
En el Sentido de las Palabras encontramos aquellos trascendentales significados, ¿qué elegiría Ud?
¿Volar al ritmo de Pink Floyd, de Charly García, o quedarse en su patética rutina?
Ya lo sabe, y si no existe: ¡INVENTE!.
Poesía: Aninorma(l) de Anna Donner Rybak (Montevideo, Uruguay)
Acompañan: volares y acordes de Charly García y Pink Floyd.
¡toda esa gente parada que tiene grasa en la piel
no se entera ni que el mundo da vueltas.
Yo no quiero sembrar la anarquía
yo no quiero vivir como digan
tengo algo que darte en mi corazón.
Veo tantas chicas castradas y tantos tontos que al fin
yo no se si vivir tanto les cuesta.
Yo quiero ver muchos más delirantes por ahí
bailando en una calle cualquiera !
(Charly ¡Grande!)
Bienaventurados sean los normales perfectos Con sus Raros Peinados Viejos /*¡ Loco! /* ¡ Crazy ! Bienaventuradas sean las mojigatas de hielo Con sus Raras Telas de Araña En la cabeza, en la entrepierna /*¡ Loco! /* ¡ Crazy ! Bienaventuradas sean las retrotransmisoras de frases hechas oficiando de ilustrísimos ecos /*¡ Loco! /* ¡ Crazy ! Bienaventuradas sean las adoratrices de la incapacidad de construir un razonamiento ¡Premisa uno, Premisa dos y Conclusión! /*¡ Loco! /* ¡ Crazy ! Bienaventuradas sean las viejas heticopeléticas pelíntentéticas peludas peladas pelintentadas /*¡ Loco! /* ¡ Crazy ! Bienaventuradas seais vosotras, El no os ha mostrado su cara Bienaventuradas sean Raros androides ... /*¡ Loco! /* ¡ Crazy ! nuevos /*¡Y viejos! ¡Viejo dejame seguir con mi sagrado himno a los idiotas les hago culto y a los envidiosos les digo Chupate esa mandarina! /*¡ Loco! /* ¡ Crazy ! ¡Chupate has dicho! ¡Blasfémica Pecadora! /*¡Hoguera!¡Hoguera! Recorren las adoratrices de la moral las calles de todos los pueblos /*¡ Loco! /* ¡ Crazy! ¡Blasfémicas Pecadoras! ¡Arderan en el confín del Purgatorio del Infierno Y su fuego fatuo! /*¡ Loco! /* ¡ Crazy ! Muy bonito todo Mas a dios las señoras la cara aún no han visto /*¡ Loco! /* ¡ Crazy ! ¡Estoy casada con El y vos no! ¡je je pero yo la cara si se la he visto! /*¡ Loco! /* ¡ Crazy ! ¡Calla mujer de vida ligera! Ligera es mejor que de hielo /*¡ Loco! /* ¡ Crazy !
Bienaventurados sean los adulones de gente sabia Están más locos que yo Y yo que estoy tan loco Tan confundidos están haciendo de gente sabia que terminan confundidos creyendo que son gente sabia /*¡ Loco! /* ¡ Crazy ! Bienaventurados sean los que respiran a través del nombre de otro ¡No ves que soy amiga! ¿Amiga de quién? Del Ilustre Maestro /*¡ Loco! /* ¡ Crazy ! Bienaventurada seas amiga del Ilustre Maestro ¿Y que haces acá? ¡Entraste en el Infierno! /*¡ Loco! /* ¡ Crazy ! ¡Benaventurada sea la tonta! que confunde Paraíso con Infierno Sabiduría con Recitado Razonamiento con Exhibicionismo Filosofía con Conventillo Jean Paul Sartre con Marcelo Tinelli Obrar con Jetear Amar con Orar Felicidad con Rutina /*¡ Loco! /* ¡ Crazy !
Mario Levrero es un escritor uruguayo. Dice que ¿hay un lugar? ¿Será un lugar en el Mundo? Cuestión difícil, si la hay es la de obtener Un Lugar en el Mundo. Mas, los hay viviendo en la calle, por falta de comida y techo, los hay viviendo en el Tercer Mundo,vientres encintos de fetos dibujados con trazos de hambre, raquíticos con delineados huesos, ¿cuándo será que los Dueños del Mundo cedan Un Lugar? Dueños de lugares de todos colores, de miles de texturas, de paraísos vanos, de hoteles cinco estrellas, señores, ¿por que Ustedes no tiran al Africa una estrella? Quedan cuatro, ¿por qué no tiran otra para quienes duermen en estaciones de trenes, o en bancos de plaza? Inútil es dialogar con ustedes, están empalagados de codicia.
Anna Donner Rybak
"Tuve un sueño largo y complejo; desperté cansado y sin poder recordar ninguna imagen: apenas una idea de su estructura, un diálogo o discusión a tres o cuatro voces,en la que se avanzaba penosamente, con repeticiones que de continuo alguien seempeñaba en introducir; recordé también la sensación de que me iluminaban la cara con una linterna, pero no pude saber si era parte del sueño, o si había sucedido en los hechos; tal vez, a causa de mi preocupación por la persona que traía la comida, lo había inventado al tratar de revivir el sueño en el momento de despertar.También me sentía malhumorado. Y no podía despejarme por completo. Quedé largo rato en la cama, hasta que la cama también me resultó incómoda. Me levanté y me vestí,para tenderme de nuevo y cerrar los ojos. No me volví a dormir, pero traté de que mi mente descansara un poco, rememorando escenas de mi vida cotidiana. Ana volvió ahacerse presente, pero tal vez de manera un poco forzada, como si yo me obligara a desplazar otras imágenes. La verdad es que mi preocupación por lo que me estaba sucediendo era tan grande que no podía evitar mortificarme constantemente con esas preguntas que no podía responder. Al mismo tiempo sentía necesidad de hacer algo concreto, sin poder definirlo; presentía que había allí más cosas para ver que las que yo veía, y más cosas para hacer de las que me parecían posibles. Había ocupado las dos jornadas precedentes en moverme a impulsos emocionales; pensé que había llegado el momento de proceder racionalmente.Pero mi cerebro estaba dominado por la pereza, y se movía con lentitud. Además me faltaban puntos de referencia. Lo único que se me ocurría era la misma opción entre dos líneas a seguir: o bien la inspección metódica, o bien el avance veloz y ciego en la única dirección posible Me costó cierto esfuerzo imaginar una tercera línea: combinar las dos posibilidades, en un avance que incluyera una inspección rápida.Luego pensé que debía trazar un plan y cumplirlo; hacer una lista de los elementos conque contaba, y apuntar hacia aquellos detalles que más evidentemente debía tener en cuenta; pero todo eso se me antojó de pronto demasiado trabajoso, y descubrí que en realidad no tenía ganas de actuar de forma racional. De inmediato me dije que nunca en mi vida lo había hecho; que siempre me había guiado más por las emociones que por la razón, y no veía ahora la forma de cambiar, ni sentía tampoco, en lo profundo, que ello me fuera imprescindible.El resultado fue un malhumor creciente que pronto se transformó en depresión; me puse a examinar con severidad inusitada las aristas negativas que siempre había sospechado en mí, pero que nunca había llegado a ver de forma tan cruel; me di cuenta de que la impotencia ante esta situación tan extraordinaria no era muy distinta de la impotencia habitual ante los hechos cotidianos; en este último caso se disimulaba mejor,simplemente, por la complejidad de las situaciones que el mundo nos presenta a diario.Aquí, todo era mucho más claro, no había para elegir entre demasiadas cosas, y me veía a mí mismo con una desconsoladora carencia de recursos. Imaginaba a cualquier otra persona en mi situación, a cualquiera de mis amigos, y me los representaba actuando con eficacia y rapidez. Me di vuelta contra la pared y me tapé la cabeza con la almohada,pero no logré dormir ni acallar los pensamientos. Por fin me levanté, comí pan con que soy tomé del café de la cacerolita. Mientras encendía el último cigarrillo del paquete mi vista cayó sobre unos libros que había, junto a otros objetos, sobre una repisa, por encima de la cama. Los otros objetos eran cacharros de adorno, ordinarios. Tomé los libros y me senté en la mecedora a examinarlos. Las tapas eran grises y llevaban solamente el título, sin ninguna ilustración. El interior presentaba una masa compacta de letras con escasos espacios en blanco, y ninguna hoja en blanco al principio ni al final. Las letras eran en su mayoría iguales a las de nuestro alfabeto, pero había muchas, también, que jamás había visto. A menudo aparecía en una idea del tema que trataba el libro, ni reconocer una sola palabra. En este sentido, los cuatro libros del estante me resultaron idénticos...
Ocupaba el tiempo en transitar lentamente mi camino en su único sentido, y al advertirlas variantes del escenario –el empobrecimiento, el número de habitantes- pensé que habría, en algún momento, alguna variante exterior que, presionando sobre mí, me obligara a actuar de otra manera.No tardaron en suceder cosas distintas."
En la discografía de Sting –ex líder de The Police, quien desde 1985, disuelta la banda inglesa (integrada además por Andy Summers en guitarra y Stewart Copelan d en batería) que lideró la escena mundial desde 1977, comenzó una rutilante carrera como solista- Songs from the Labyrinth es más que una “rareza” y se yergue no solo como el resultado de un largo camino al reencuentro de las obras de un compositor del Renacimiento inglés, sino por esto mismo como el regreso a una tradición que tiene su base en la lírica isabelina del siglo XVI y que influirá en toda la música inglesa posterior, llegando incluso hasta el rock a través de la reformulación que hacen The Beatles de la balada: típico género vocal que antes tuvo sus grandes cultores en compositores isabelinos tales como William Byrd, Thomas Morley y muy particularmente John Dowland (1563-1626), de quien Sting, acompañándose con archilaúd secundado por Edim Karamazov en laúd, da su particular enfoque – a través de su voz y su fraseo en las cuerdas del instrumento cuyo origen es árabe – del legado musical de una personalidad controvertida de aquel período en que reinó, entre luces y sombras, la figura hegemónica y cuasi legendaria e inaprensible de la hija bastarda de Henry VIII: Elizabeth I de Inglaterra.
Por eso, entonces, Songs of the Labyrinth se convierte en un tributo de una época y agradecimiento a una tradición musical, que partiendo del siglo XVI, llega al pasado siglo XX llenando de lirismo – y por eso mismo, singularizándolo – todo el rock inglés.
Andanzas.
Nacido en Dublín o Londres (muchos se inclinan por esta última), en 1563 John Dowland vivió una vida no exenta de ciertas aventuras que ya desde temprana edad lo llevan fuera de Inglaterra. Tal vez impresionado por el emperador francés, Dowland abraza la fe católica, y esto, con el tiempo, le acarreará serios problemas y pondrá obstáculos a su deseo de conseguir el puesto como laudista dejado por John Johnson a su muerte, en la corte protestante de Elizabeth I.
Inicia un periplo que lo irá acercando a Italia, vía las cortes primero del duque de Brunswinck y luego del conde de Hesse. Ya en Italia se dice que trabó contacto con Luca Marenzio (1553-1599): el gran madrigalista cuyo legado musical posibilitó la aparición y el desarrollo de un Claudio Monteverdi. Regresa a Londres por un corto período e incluso logra entrar, por breve tiempo, en la corte de Elizabeth I, para luego viajar a Dinamarca y ponerse a las órdenes de Christian IV. No obstante tiene el apoyo de sir Robert Cecil, Secretario de Estado de la reina y protegido de Sir Francis Walsingham: aquella eminencia gris o Rasputín del siglo XVI con quien contó la soberana para afirmarse en el trono y hacer de Inglaterra una potencia.
Las cartas de Dowland a quien de seguro es su protector a la distancia están teñidas de pesimismo y melancolía, producto de un carácter que, en términos médicos actuales, podría definirse como “depresivo”; incluso , haciendo un juego de palabras con su apellido, este músico brillante compone una obra para laúd –Lachrimae- donde una de sus partes se titula : Semper Dowland, semper dolens. Varios fragmentos de la carta escrita a Sir Robert Cecil en 1595 – carta con tono desesperado y algo de paranoico – son leídos por este otro músico inglés contemporáneo, nacido en Newcastle en 1951, en la grabación que hace interpretando una veintena de piezas – donde destacan, entre otras: “Can she excuse my wrongs”, “Come again” y la melancólica e intimista, pero también a
delantada a su tiempo “In Darkness let me dwell”-, entre baladas o ayres, de las 84 piezas líricas que Dowland compuso para voz y laúd. Por otra parte, quien permaneciera en la corte danesa entre 1598 y 1606; más delante de 1609 a 1612 estuviera al servicio de Lord Walden y este último año pudiera obtener el anisado puesto de laudista en la corte inglesa, compuso casi 80 piezas para laúd solo, donde se aprecia el trabajo polifónico dado a sus fantasías, danzas y variaciones, haciendo de Dowland un músico singular para su época y que Sting mediante, trasciende – como Shakespeare en literatura – el siglo XVI, llegando a nuestros días para seguir enriqueciendo nuestra cultura contemporánea a través de un cantante de rock que, adentrándose en los pasillos de un laberinto, se irá acercando al centro del mismo hasta encontrarse, no con el Minotauro aunque sí con esa Tradición musical encarnada de John Dowland a través de la interpretación de sus piezas, pero, antes, acercándose a esta otra zona artística de sí mismo para cuyo conocimiento el autor de “Message in a bottle” y “Roxanne”- entre otros tantos hitos de la época de The Police- necesitó casi un cuarto de siglo de peregrinaje musical, desde comienzos de los años 80.
El llamado de una Tradición Musical.
Luego de una performance en el Drury Lane Theatre, en Convent Garden- durante un show organizado por Amnesty International 1982-,en el que Sting hizo una de sus celebradas versiones solista de “Message in a bottle” y “Roxanne” – cuando The Police estaba en la cúspide del pop británico y mundial – se le acercó el actor John Bird, lo felicitó y aprovechó a comentarle que su forma de cantar y de tocar la guitarra le habían hecho pensar en el compositor isabelino John Dowland y si no lo conocía. Sting –que antes de dedicarse por entero a la música tuvo una dilatada labor como profesor de literatura inglesa, experiencia esta que se refleja en “Don’t stand so closet o me”, otro éxito de The Police-, reconoció que apenas había oído hablar de Dowland. Pero aquella pregunta quedó resonando en su cabeza y pensó en acercarse a uno de los compositores más significativos del Renacimiento inglés, junto a William Byrd, Thomas Morley y Orlando Gibbons. Es así que tiempo después el entonces bajista de la banda de rock más importante en los años 80 consigue una grabación de las obras de John Dowland, interpretadas por Peter Pears en voz y Julian Bream en laúd. Mientras las escuchaba se preguntaba cómo podría asimilar esa melancólica belleza del siglo XVI un cantante de rock del siglo XX.
Años después, en la década de los 90 del siglo pasado y cuando Sting ya está considerado una de las figuras solistas más importantes de la escena rockera la concertista Katie Labeque le comenta que las composiciones de Dowland se avienen al particular “tenor no educado” en el academismo de la música vocal renacentista, que hay en particular timbre de voz del autor de “Englishman in New York”, perteneciente ya a su dilatada y exitosa carrera como solista, una vez disuelta la banda que lo hizo famoso. Precisamente “Englishman in New York” pertenece a Nothing like the sun, su segundo álbum solista, cuyo título está extractado de un poema de William Shakespeare, con lo que entonces podría asegurarse que ya en esta época está marcada la ruta, el camino sinuoso aunque de destino seguro por donde Sting –músico experimentado en jazz y el rock & roll- se encontrará con una Tradición musical encarnada en Dowland, que lo llevará a retrabajar su voz y el fraseo de los dedos, en las cuerdas de un instrumento básico con el que Sting se labrará su carrera como solista, si bien seguirá incursionando en el bajo, el piano y otros instrumentos que ejecuta a la perfección , sino ese otro en cuya caja acústica luce el diseño sugestivo de un laberinto.
El laberinto: tema y variaciones.
Laberinto es el del Minotauro. Pero laberinto también es el diseño que forman las baldosas en el piso de la Catedral de Chartres.
Laberinto de plantas es el que Gordon Summer, más conocido por Sting, resuelve diseñar en su amplio jardín perteneciente a su residencia de Inglaterra, como homenaje, tal vez a la mitología griega presente en la literatura que leyó e impartió; a una visita al segundo edificio gótico más importante del siglo XII - como es Chartres a partir de la reforma de su lado occidental- luego de la abadía de Saint-Denis – con el que el gótico hace su entrada en la historia de la arquitectura- y en lo musical, laberinto es el diseño que contiene la “rosa” o sea, la abertura ubicada en el centro de la caja de resonancia, en este caso del archilaúd que Donald Miller manda fabricar especialmente para regalarle a Sting, luego de una noche en Frankfurt, previo a un concierto del músico inglés, cuando este es visitado en su camerino por un individuo de aspecto regordete, ojos saltones y sobria simpatía, que se presenta como Edin Karamazov. Acto seguido Sting le pregunta qué es ese enorme bulto de tela que lleva requintado al hombro, a lo que Karamazov revela que se trata de uno de sus favoritos: Juan Sebasatian Bach. Luego de esta ejecución Sting, Maramazov y Miller pasan la siguiente hora charlando sobre música, hasta que en la amenidad de la conversación Karamazov cuela una vez más en la vida de Sting el nombre de John Dowland, expresándole directamente que sería muy bueno que Sting llegara a interpretarlo; tal vez porque se trata de un compositor isabelino de hermosa voz y gran maestría en el arte de tocar el laúd, así como Sting es un compositor y ejecutante de varios instrumentos dentro del rock y el pop, que además cuenta con una voz cuyo timbre es muy particular y distintivo de un estilo donde se mezclan las armonizaciones de sus arreglos y el contenido poético de las letras de sus canciones.
El propio Sting siente entonces que se sigue acercando al centro de ese otro laberinto; el que está en lo profundo de su ser, como hombre y como músico, quien a través de ese hilo de Ariadna que le fueron alcanzando para qu él agarrara tanto el actor Bird, como los músicos Labeque, Miller y en especial Karamazov, finalmente obedecerá a ese llamado, ese sonido que viene del centro de un laberinto donde se halla una Tradición, un cerrarse del círculo para abrirse nuevamente, en el encuentro definitivo de John Dowland con quien también encarna, rock de los años 50, en The Beatles y luego en el punk de Sex Pistols- revolucionando la Inglaterra de los años 70 con su “Anarquía en el Reino Unido”- de donde, entre otras bandas, pero como ninguna otra, emanará The Police para luego dar paso a ese otro Señor de la música contemporánea con mayúsculas, llamado Sting.
Sugestiva aventura de los sentidos.
La obra de John Dowland fue editada en vida del músico en volúmenes como: cuatro Books of Songs or Ayres (publicados en 1597,1600,1603 y 1612), a Pilgrim Solace(1612), mientras que el Musical Banquet será publicado por su hijo Robert en 1614 y Lachrimae (1604) es un compendio de 21 piezas fundamentales y muchas piezas para laúd solo.
Seguramente de todas estas cosas hablaron Sting y el laudista de origen bosnio nacido en Zarajevo Edin Karamazov, el día que se reencontraron en el jardín laberíntico del músico inglés, cuando este ya había comenzado a tomar algunas clases de canto con Richard Livitt,, profesor de la Schuola Cantorum Basiliensis: el famoso centro de música académica ubicado en Basilea(Suiza).
Algún tiempo y clases después, el autor de “Russians” y “Brand new day”, se siente habilitado para empuñar su archilaúd y –secundado por el experto laudista Karamazov- dejar que de su boca salgan los versos y de los dedos apoyados en las cuerdas los punteos de una música que fascina y a la vez emociona a Sting, entre otras razones por sentir que en las obras como “In Darkness let me dwell”, John Dowland dejó atrás los convencionalismos de la época y se lanzó a crear una música donde la melodía y el cantante se imbrican de tal modo, que la pieza en cuestión llega a lo profundo del oyente quien en las súbitas disonancias de la composición logra aquilatar las preocupaciones estadísticas y espirituales de un músico que llevó la canción inglesa a un grado de perfección nunca antes alcanzado.
Esa perfección es la que consigue Sting para su propio estilo interpretativo del gran compositor, cantante y laudista del siglo XVI, quien en 1621 obtiene un merecido doctorado y en 1625 asiste, con su voz y su laúd, a los funerales del rey Jacobo I, así como Elthon John asistirá a los funerales de Lady Diana de Inglaterra, acompañado de su voz y su piano, para rendir postrer homenaje a su gran amiga, en agosto de 1997.
La Tradición, sea de la que se trate, remite siempre a una especie de “eterno retorno”, a una continua aunque lentamente perfeccionada repetición de los grandes actos, como lo que describe Mircea Eliade en relación a la creencia de los pueblos antiguos de que la vida es un eterno intentar copiar el modelo que en la noche de los tiempos nos impusieron los dioses aunque para, a partir de nuestra propia experiencia, enriquecer ese modelo y enriquecernos a nosotros mismos.
Mucho de esto tiene Songs of the Labyrinth, con sus 23 composiciones y la lectura de fragmentos de una carta, todo obra de un músico renacentista inglés que llega a nuestros días esta vez en la voz y la interpretación de un músico, también inglés que desde su experiencia con el rock se vuelve al hontanar de esa Tradición, obedece al llamado de ese laberinto y se adentra en una sugestiva aventura de los sentidos a la que nos invita, secundado por ese otro gran intérprete del laúd llamado Edin Karamazov, para que nosotros también escuchemos el sonido, el llamado, la canción sutil que viene de lo profundo de nuestro propio laberinto y nos sugiere lanzarnos a la exploración y a través de esas melodías del siglo XVI cantadas en el siglo XXI, retornar luego a la tridimensionalidad habiendo descubierto una muy importante parte que no conocíamos o no recordábamos de… nosotros mismos.
Pompeya, esa ciudad "congelada" en el tiempo, pereció bajo un manto de fuego y lava, el volcán estaba enojado. Quizá, fue la ira de los dioses, ya en aquellos tiempos los hombres hacían las guerras, pero ni dioses, ni volcanes, ni tsunamis, nada parece poder detener esta vorágine de sucesos, que, irremediablemente, cada vez más nos acercan al apocalipsis. ¿Acaso el planeta tiene los días contados? ¿Acaso siempre los tuvo y ya era el Destino de La Tierra perecer bajo la guerra? En un mundo de contingencias, donde dudamos más de lo que nos viene en gana, sin embargo, tenemos un respiro. Es el vuelo creador, sos aquellas alas invisibles, que hacen que el arte, siga vivo, en medio de tanta hecatombe.
Bienvenidos
Hemos viajado buscando sueños, encontramos tantos, que quizá llenemos este web site, y otros derivados, pero aquí estamos, durante el interludio, allí andábamos persiguiendo sueños.
Hoy, con un bolsón lleno de sueños, que hasta se nos quieren escapar es que retorna DETRAS DEL MURO DEL SUEÑO.
DETRAS DEL MURO DEL SUEÑO es comunión de música, y de letras.
Nuevamente, se ha llenado el muro de sueños, hemos vuelto, en distinto formato (estaremos por la web, no en el aire), pero en definitiva, lo importante, es estar; ¿no?
BIENVENIDOS A LA SEGUNDA ERA DE "DETRAS DEL MURO DEL SUEÑO": Post.Interludio
PINK FLOYD
LIVE AT POMPEII
I.
El anfiteatro luce todas sus galas. La banda se acomoda para comenzar, será un concierto especial, porque no hay público. Es que el fenómeno había comenzado poco después del mediodía, con la expulsión de una columna de ceniza, roca y piedra pómez, que ascendió a 20 kilómetros de altura.
Una hora después se iniciaba la caída de dicha ceniza y piedras ligeras, que fueron creando una capa cada vez más gruesa sobre el suelo y los tejados.
Hacia las seis de la tarde se habían hundido los techos por la acumulación de material volcánico y la gente huía de la ciudad entre nubes de polvo y ceniza que habían oscurecido el cielo como si fuera de noche.
Ella, su cabello negro y trenzado entrelazada a él, abrazándola, envueltos en sus túnicas y en la elevación que emanaba de la brasa caliente de sus respectivos cuerpos habían quedado, de repente transformados en una estatua de cera. No se podía distinguir donde terminaba uno-una, u comenzaba otra-otro.
II.
La Estatua, al momento de La Creación tomó un color amarillo.
Pero se fue transformando en anaranjado.
Y luego en rojo bermellón.
Al principio, la gente contemplaba La Estatua, estupefacta.
Le temían.
Pero la espiaban de lejos, puesto que querían ver todos los días, con qué color ella amanecería.
La Estatua mutaba, pero no en sus formas; tan sólo en sus colores.
-¿Qué significado tendría esa extraña reliquia? - se preguntaban los más devotos. Lo que llamaba la atención, era que los cuerpos de ellos, seguían entrelazados, con sus labios palpándose, a pesar del paso del tiempo no se había desgastado la forma, ella seguía con sus trenzas largas, y él poseyéndola con su cuerpo que la rodeaba.
Muchos eruditos escépticos habían dedicado sus prestigiosas horas, días y noches al estudio del extraño fenómeno de La Estatua, que cambiaba de color, pero su forma permanecía inmutable, en el tiempo.
Finalmente, llegaron a la conclusión de que se trataba de Dios, que les hablaba a través de colores.
Era Dios, que hablaba a la humanidad del Amor.
III.
Es un concierto especial, porque no hay público. El anfiteatro está vacío y sólo los músicos están en él.
Son los miembros de Pink Floyd quienes están tocando en el anfiteatro de Pompeya. El público son los mosaicos, las ruinas, y las esculturas.
El concierto empieza al atardecer, aún con luz solar, pero conforme va transcurriendo va anocheciendo.
Comienza la primera parte de Echoes, una canción del Meddle, disco anterior a Dark Side of the Moon. La primera imagen es un plano tomado desde lo alto del anfiteatro de Pompeya, y poco a poco se va acercando al centro, donde está la banda y todo el equipo musical que la acompaña, rodeada por cámaras que se encargan de tomar los planos cortos.
Durante el concierto se intercalan planos cortos de los músicos con planos rodantes: de vez en cuando una cámara empieza a dar vueltas alrededor de los músicos creando un original perfecto. Los planos de la banda se intercalan con las imágenes de Pompeya, de sus ruinas, esculturas y mosaicos.
IV.
Ese día, La Estatua tiene un color tan azul, con todos de verde.
El concierto había comenzado al atardecer, pero una vez que anochece se muestran imágenes de la destrucción volcánica que sufrió esta ciudad.
Se genera un ambiente psicodélico genuino, pocas veces visto antes.
De repente una mujer queda con los ojos desorbitados.
-¿Qué sucede? -pregunta uno de los camarógrafos.
- ¡La Estatua se movió!
- Comprendo, escuchar esta música en este escenario te emocionó demasiado.
-¡No comprendes! Te digo que La Estatua se movió.
En concierto se interrumpe. Muchos se han dado cuenta que la mano de él acariciaba el cabello de ella. ¡La Estatua se había movido! Todos observaban atónitos. Acto seguido, la mano de ella acaricia el cabello de él, y se besan apasionadamente. Lentamente, el color azul con tonos de verde se va transformando, azul para los ojos de ella, miel para los de él, y ya no está fría.
V.
Ellos están sorprendidos. Se habían quedado dormidos amándose, y al despertar estaban rodeados de gente. Lo único que atinaron, fue a envolverse en una sábana. ¿Y dónde había quedado su ropa? La divisaron lejos, tan apilada como la habían dejado: Sus jeans, ella su blusa batik, él su camisa estampada.
La mujer que había descubierto La Estatua, generosa, les alcanza las prendas.
Se visten rápidamente, se sienten culpables, puesto que el concierto se detuvo por culpa suya. ¡Cómo pudieron quedarse tan dormidos!
Tomados de la mano, se sientan en el césped.
-Mi amor, casi nos perdemos el concierto, menos mal que nos despertaron.