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domingo, 5 de junio de 2011

" El Habitante Interior "





Un día lo dejo
en este cuerpo ahora quieto,
de ciega dimensión,
puro piel,
casi esqueleto
Ese ser que habita en mí,
que ocupo mi último jardín de ultratumba,
que me recorre,
que hace de mí,
otro ser profanador de nubes,
otro merodeador de más allá
de esta carne compartida.
De la gota cayendo débil,
solitaria.
De la pequeña gota de sangre constituida,
Que me roba la voz
mientras yo guardo tanto rastro,
tanto secreto,
tanta ternura oculta.
En este cuerpo ahora quieto,
cadavérico,
que aún advierte la luz
y siente los aullidos
y estas pulsaciones.


Cualquier día me voy ,
lo dejo solo.
Lo dejo abandonado en este cuerpo quieto,
triste,
para que no fatidie más,
ni me pregute,
con sus ojos de ahorcado
y esa rara expresión de loco.
Porque hasta ahí va eso.
Inexorable y fidedigno.
Sin una sola flor en el ombligo.
Le quito hasta la última nube.
Me llevo el corazón de a poco.


Un día,
por venganza
o por amor,
lo dejó con mi cuerpo solo,
y que se aguante.

Manuel Ruano 1969

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