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miércoles, 8 de junio de 2011

Un Sueño


La tormenta se había aplacado, pero todavía se notaban los últimos estremecimientos. Era muy temprano y las calles estaban desiertas. En muchos sitios había tejas, tablas arrancadas a los cercos, ramas partidas. " La noche ha debido de ser terrible en el mar" me dije al ver semejantes destrozos. Pensé en dirigirme al embarcadero, pero los pies me llevaron hacia otra parte, como si obedecieran a una irresistible atracción.

Caminé unos diez minutos y me encontré en un lugar de la ciudad que nunca había visitado. Iba sin apuro, pero también sin detenerme, con la extraña sensación, de esperar algo imposible y al mismo tiempo saber que se ha de realizar.

Empecé a buscar con los ojos.....Allí estaba : a la derecha, próxima a una esquina, la casa de mis sueño , piedra labrada a ambos lados....

Iba completamente ensimismado, sin ver ni pensar en nada, cuando un ruido acompasado, sordo y amenazador, me sacó de aquella abstracción. Levanté la cabeza : era el mar que rumoreaba y zumbaba a unos cincuenta pasos de mí.

De nuevo caminaba yo por la arena de la duna ,pero esta vez iba con mi madre. El mar se había retirado, alejandose más. Se había calmado pero aún rugía.
Por fin se divisaron la roca solitaria y los carrizos. Yo miraba con atención, tratando de discernir el bulto oscuro tendido en tierra, pero no veía nada. Nos acercamos más.
Mi madre estaba febril pero se dominaba. La desaparición del cadáver la había impresionado como una desdicha irreparable. Yo temía por su razón. Me costo gran trabajo llevarla de vuelta a casa.
Así se perdió la pista de mi....de mi padde él.
Todo se embota con el tiempo. Incluso los recuerdos de los sucesos familiares más trágicos pierden gradualmente su fuerza. Pero si entre dos personas entrañables se introduce una sensación de violencia, eso no hay nada que lo atenué.No volví a tener aquel sueño que tanto me angustiaba, pero sí me ocurrió escuchar alaridos lejanos y tristes lamentos entre sueños. Los oigo sonar en algún lugar, me desgarran el corazón y lloro con los ojos cerrados....

fragmentos de Un Sueño de Iván Turgueniev (1818 - 18883 )re.irremediablemente en la secreta nieba. Mi madre y yo no hablamos nunca.

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